Las Zambombas y La Navidad Flamenca
La zambomba y la misa flamenca, son las celebraciones más genuinas de la festividad católica andaluza.
De carácter religioso o profano, lo cierto es que los villancicos fueron en su origen "cantarsillos de villa y de villanos". La palabra villancico deriva de villano -latín, villanus- termino con el que originariamente se designaba a los labriegos. Es una composición característica de la lírica popular que comprendía un estribillo y varias estrofas para voz solista, acompañado por lo general de uno o dos instrumentos. Hay quién por el contrario, encuentra su origen en la moaxaja, forma poética inventada por Muqaddam Ibn Muaffa, también conocido como El Ciego de Cabra.
De cualquier manera, es difícil precisar la fecha y origen de estos cantos debido a las lagunas existentes en la historiografía y musicología al respecto.
Las primeras recopilaciones con las que contamos de estos cantos datan de los siglos XV y XVI. Sin embargo no será hasta el siglo XVII cuando el villancico adquiera el típico carácter religioso con el que hoy se le relaciona. Durante el transcurso de los años la musicalidad de estos cantos ha ido evolucionando asta llegar a la forma actual. Parece ser que es a partir del siglo XIX cuando Andalucía lo dotó con ese sello personal, aflamencándolos poco a poco. En cuanto a las letras, nos encontramos con que si bien en un origen, la temática se basaba en pasajes evangélicos, la evolución ha propiciado la incorporación de episodios y circunstancias cotidianos, cantados con una extraordinaria fuerza poética.
Parece ser que en Jerez de la Frontera se organizan zambombas desde el siglo XVIII. Estas no eran mas que reuniones de amigos, vecinos y familiares que se daban cita cada año en la víspera de la Nochebuena en los patios y corrales de casas de vecinos y gañanías. En ellas se formaba un corro alrededor de una candela u hoguera, donde se cantaban y bailaban villancicos, de un modo espontáneo y durante un periodo de tiempo indeterminado, mientras se repartían vino, anís, ponche y dulces navideños. El instrumento fundamental es la zambomba, de ahí el nombre de la fiesta. Dichas zambombas suelen laborarse de un modo artesanal, con una vasija de barro que se cubre con un pellejo de animal -normalmente cabra-, o una tela, concretamente muselina. En el centro de la tela se amarra una caña larga que proporciona un sonido grave al ser frotada con la mano y que es la base rítmica o compás sobre el que se cantan los villancicos.
"En Jerez de la Frontera esta tradición se ha conservado de tal manera que hoy en día podríamos decir que se encuentra atravesando un periodo de verdadero esplendor, por el gran auge alcanzado en los últimos años", comenta Juan de la Plata, director de la Cátedra de Flamencología de Jerez.
La Zambomba tiene una diferencia fundamental con el resto de las fiestas flamencas, ya que es una celebración con un fuerte carácter participativo. Mientras que en el resto de fiestas y juergas hay una clara segmentación grupal entre actores o protagonistas- cantaore/as, tocaores y bailaores/as-. En las Zambombas todo el mundo participa cantando o tocando algún instrumento. De esta forma pierde el carácter individual del cante flamenco, para convertirse en un canto a coro al que se dota de un aire aflamencado. "Este cambio ha propiciado el que los villancicos suenen tan flamencos, de manera que muchos aficionados mantienen que van camino de convertirse en un palo más dentro del flamenco, como le ocurrió a la saeta", sentencia Juan de la Plata.
A todo esto ha contribuido la retransmisión por televisión de la Navidad Flamenca, que desde hace unos años realiza el canal autonómico andaluz. "Las Zambombas eran el marco idóneo para ver y oír cantar y bailar a aficionados que el resto del año difícilmente se podían ver, ya que no son profesionales y por eso sorprende encontrarse con voces de personas mayores, sobre todo mujeres", comenta Manuel Curao, periodista y presentador de programas flamencos en Canal Sur Televisión.
Estas retransmisiones televisivas han dado origen a la contratación de Coros como los de Parrilla o los de la Peñas Fernando Terremoto y Tío José de Paula, para reproducir esta fiesta a modo de espectáculo. Convirtiéndose en un auténtico producto navideño andaluz, que las casas de disco se están encargando de comercializar a partir de la iniciativa que la Caja de Jerez empezó a impulsar hace unos años.
Aunque son Sevilla y Jerez, con sus celebres Zambombas, los núcleos cantaores de mayor importancia villanciquera, Andalucía entera ha cantado a la Navidad. Un breve repaso geográfico nos puede conducir desde los villancicos por verdiales en Málaga, a los campanilleros de Pozoblanco, pasando por los estilos propios de Torredelcampo y Andújar, los de Huelva y las cuadrillas almerienses de los auroros o los aguilanderos.
Fernando González-Caballos Martínez
La zambomba y la misa flamenca, son las celebraciones más genuinas de la festividad católica andaluza.
De carácter religioso o profano, lo cierto es que los villancicos fueron en su origen "cantarsillos de villa y de villanos". La palabra villancico deriva de villano -latín, villanus- termino con el que originariamente se designaba a los labriegos. Es una composición característica de la lírica popular que comprendía un estribillo y varias estrofas para voz solista, acompañado por lo general de uno o dos instrumentos. Hay quién por el contrario, encuentra su origen en la moaxaja, forma poética inventada por Muqaddam Ibn Muaffa, también conocido como El Ciego de Cabra.
De cualquier manera, es difícil precisar la fecha y origen de estos cantos debido a las lagunas existentes en la historiografía y musicología al respecto.
Las primeras recopilaciones con las que contamos de estos cantos datan de los siglos XV y XVI. Sin embargo no será hasta el siglo XVII cuando el villancico adquiera el típico carácter religioso con el que hoy se le relaciona. Durante el transcurso de los años la musicalidad de estos cantos ha ido evolucionando asta llegar a la forma actual. Parece ser que es a partir del siglo XIX cuando Andalucía lo dotó con ese sello personal, aflamencándolos poco a poco. En cuanto a las letras, nos encontramos con que si bien en un origen, la temática se basaba en pasajes evangélicos, la evolución ha propiciado la incorporación de episodios y circunstancias cotidianos, cantados con una extraordinaria fuerza poética.
Parece ser que en Jerez de la Frontera se organizan zambombas desde el siglo XVIII. Estas no eran mas que reuniones de amigos, vecinos y familiares que se daban cita cada año en la víspera de la Nochebuena en los patios y corrales de casas de vecinos y gañanías. En ellas se formaba un corro alrededor de una candela u hoguera, donde se cantaban y bailaban villancicos, de un modo espontáneo y durante un periodo de tiempo indeterminado, mientras se repartían vino, anís, ponche y dulces navideños. El instrumento fundamental es la zambomba, de ahí el nombre de la fiesta. Dichas zambombas suelen laborarse de un modo artesanal, con una vasija de barro que se cubre con un pellejo de animal -normalmente cabra-, o una tela, concretamente muselina. En el centro de la tela se amarra una caña larga que proporciona un sonido grave al ser frotada con la mano y que es la base rítmica o compás sobre el que se cantan los villancicos.
"En Jerez de la Frontera esta tradición se ha conservado de tal manera que hoy en día podríamos decir que se encuentra atravesando un periodo de verdadero esplendor, por el gran auge alcanzado en los últimos años", comenta Juan de la Plata, director de la Cátedra de Flamencología de Jerez.
La Zambomba tiene una diferencia fundamental con el resto de las fiestas flamencas, ya que es una celebración con un fuerte carácter participativo. Mientras que en el resto de fiestas y juergas hay una clara segmentación grupal entre actores o protagonistas- cantaore/as, tocaores y bailaores/as-. En las Zambombas todo el mundo participa cantando o tocando algún instrumento. De esta forma pierde el carácter individual del cante flamenco, para convertirse en un canto a coro al que se dota de un aire aflamencado. "Este cambio ha propiciado el que los villancicos suenen tan flamencos, de manera que muchos aficionados mantienen que van camino de convertirse en un palo más dentro del flamenco, como le ocurrió a la saeta", sentencia Juan de la Plata.
A todo esto ha contribuido la retransmisión por televisión de la Navidad Flamenca, que desde hace unos años realiza el canal autonómico andaluz. "Las Zambombas eran el marco idóneo para ver y oír cantar y bailar a aficionados que el resto del año difícilmente se podían ver, ya que no son profesionales y por eso sorprende encontrarse con voces de personas mayores, sobre todo mujeres", comenta Manuel Curao, periodista y presentador de programas flamencos en Canal Sur Televisión.
Estas retransmisiones televisivas han dado origen a la contratación de Coros como los de Parrilla o los de la Peñas Fernando Terremoto y Tío José de Paula, para reproducir esta fiesta a modo de espectáculo. Convirtiéndose en un auténtico producto navideño andaluz, que las casas de disco se están encargando de comercializar a partir de la iniciativa que la Caja de Jerez empezó a impulsar hace unos años.
Aunque son Sevilla y Jerez, con sus celebres Zambombas, los núcleos cantaores de mayor importancia villanciquera, Andalucía entera ha cantado a la Navidad. Un breve repaso geográfico nos puede conducir desde los villancicos por verdiales en Málaga, a los campanilleros de Pozoblanco, pasando por los estilos propios de Torredelcampo y Andújar, los de Huelva y las cuadrillas almerienses de los auroros o los aguilanderos.
Fernando González-Caballos Martínez
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