Biografía:
José Pérez de Guzmán y Ursaiz, cantaor payo, muy conocido en la historia del cante flamenco por su fandango personal, más conocido con su nombre artístico de PÉREZ DE GUZMÁN, nació en Jerez de los Caballeros (Badajoz) en el año de 1895, y murió en Lucena del Puerto (Huelva) en el 1930. Vivió desde joven en Huelva. Adinerado aristócrata, creó un fandango personal que ha sido muy interpretado por numerosos cantaores, y que Juan Gómez Hiraldo glosa así: «Pérez de Guzmán compró en compañía de su hermano Luis la finca El Juncal en el término de Antequera (Málaga). De sus andaduras por aquella provincia, vino su conocimiento de Joaquín Vargas, cantaor de aquellos pagos conocido como El Cojo Málaga. El Cojo tenía un cante melodioso y largo, amalagueñado, naturalmente, y a Pérez de Guzmán le iba este cante, ese estilo para su propio fandango. Y tanto se impregnó de él, que abandonó la guitarra para cantarlo y, sin perder su aire choquero, le dio una grandeza y fuerza que aún lo hacen el fandango más brillante y poderoso de la gama de los cantes de Huelva». José Carlos de Luna, escribió al respecto: «Hiciste del fandanguillo de Alosno un fandango grande, lleno de retadora gallardía. Comienza con un tercio luminoso, enorme y fanfarrón, que parece insuperable». Aquejado de una enfermedad irreversible, Pérez de Guzmán optó por quitarse la vida, solo contaba 35 años. Su trayectoria interpretativa se limitó a fiestas.
José Pérez de Guzmán y Ursaiz, cantaor payo, muy conocido en la historia del cante flamenco por su fandango personal, más conocido con su nombre artístico de PÉREZ DE GUZMÁN, nació en Jerez de los Caballeros (Badajoz) en el año de 1895, y murió en Lucena del Puerto (Huelva) en el 1930. Vivió desde joven en Huelva. Adinerado aristócrata, creó un fandango personal que ha sido muy interpretado por numerosos cantaores, y que Juan Gómez Hiraldo glosa así: «Pérez de Guzmán compró en compañía de su hermano Luis la finca El Juncal en el término de Antequera (Málaga). De sus andaduras por aquella provincia, vino su conocimiento de Joaquín Vargas, cantaor de aquellos pagos conocido como El Cojo Málaga. El Cojo tenía un cante melodioso y largo, amalagueñado, naturalmente, y a Pérez de Guzmán le iba este cante, ese estilo para su propio fandango. Y tanto se impregnó de él, que abandonó la guitarra para cantarlo y, sin perder su aire choquero, le dio una grandeza y fuerza que aún lo hacen el fandango más brillante y poderoso de la gama de los cantes de Huelva». José Carlos de Luna, escribió al respecto: «Hiciste del fandanguillo de Alosno un fandango grande, lleno de retadora gallardía. Comienza con un tercio luminoso, enorme y fanfarrón, que parece insuperable». Aquejado de una enfermedad irreversible, Pérez de Guzmán optó por quitarse la vida, solo contaba 35 años. Su trayectoria interpretativa se limitó a fiestas.
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