Biografía:
Concepción Vargas Torres, bailaora gitana, más conocida en el mundo del arte del baile flamenco con su propio nombre artístico de CONCHA VARGAS, nació en Lebrija, (Sevilla) en el año de 1956, en el seno de una familia flamenca emparentada con los Pinini y los Peña. La bailaora, hija de Quintín Vargas, fue alumna de Pepe Ríos, quien la presentó con once años en el Gazpacho de Morón ante figuras de la talla de Fernanda de Utrera, Diego del Gastor y Antonio Mairena. Tras pasar por el tablao sevillano La Cochera, donde compartió tablas con Manuela Carrasco, en 1974 debutó en el tablao madrileño Zambra, donde hizo pareja con El Güito. Profesionalmente, se dio a conocer dos años después gracias a su papel en ‘Camelamos naquerar’, dando la réplica a Mario Maya. Más tarde, formó parte de la compañía liderada por el guitarrista Pedro Bacán, El Clan de los Pinini. Para entonces, había mostrado su baile en la mayoría de los festivales del circuito flamenco, además de actuar ante personajes tan relevantes como Indira Gandhi y Juan Pablo II. Simultanea sus frecuentes actuaciones en países como España y Francia, con la enseñanza tanto en Sevilla como en el exterior. Entre sus últimos proyectos destaca la participación representando a Lebrija en el espectáculo ‘De la mar al fuego’, una coproducción del Festival Flamenco de Mont de Marsan y la Bienal de Flamenco de Sevilla. Saludada por la prensa como la Gran Dama Gitana del Baile Flamenco De ella se ha dicho que es al baile lo que Fernanda de Utrera al cante y eso bastaría para definir el arte de esta gitana, nacida en Lebrija, en el seno de una familia de obreros agrícolas de profundas raíces flamencas, y emparentada por vía familiar directa con las dos Casas Cantaoras que atesoran todos los secretos del arte de hacer flamenco en Lebrija y Utrera: Los Pinini y Los Peña. Concha Vargas es una de las bailaoras más completas del momento: esencia, temperamento, compás, fuerza expresiva, facultades y maestría son sus poderes. Lejos de todo artificio y de las proezas técnicas tan al uso, Concha trata el baile flamenco como un todo, como un patrimonio heredado que ella revitaliza y renueva en cada actuación. Baile pues impetuoso, racial y de abrumadora autenticidad que hace de cualquiera de sus intervenciones una experiencia única para el más exigente de los espectadores. Debuta, con tan sólo doce años, en El Gazpacho de Morón al lado de maestros como Diego del Gastor, Chocolate, Terremoto y las increíbles Hermanas de Utrera, Fernanda y Bernarda. En 1974 se traslada a Madrid contratada por Manolo Caracol para formar pareja artística con el excepcional bailaor, El Güito, en Los Canasteros. Allí, Concha Vargas, es invitada por Mario Maya a ser su partenaire en la obra "Camelamos naquerar", espectáculo con el que realiza una gira, en olor de triunfo, por Europa y América, y que significa el primer peldaño de una carrera tan prestigiosa que la llevaría, años más tarde, a bailar delante de Indira Gandhi y de Juan Pablo II en el Vaticano.A lo largo de su brillante trayectoria, Concha Vargas, ha alternado sus actuaciones en los Tablaos y Festivales Flamencos de más solera, con su participación, como primera bailaora, en "Diálogos con Dios", de Curro Fernández; "Persecución", de Juan Peña El Lebrijano o "El Clan de los Pinini", de Pedro Bacán, espectáculo representado con éxito clamoroso en los más importantes escenarios de Europa. En noviembre 2000, viaja a Estados Unidos para presentarse, en compañía de La Macanita y Curro Fernández, en New York, Chicago, Albuquerque y de allí a diversas ciudades de Francia y Japón.Sus intervenciones en la Bienal de Flamenco de Sevilla han sido espectacularmente acogidas por el público y la crítica que, en la edición de 2000, tras su intervención en compañía de Miguel el Funi y Bernarda de Utrera, la aclamaría como"La Reina de la noche". Así mismo, "La Reina de Jerez" sería el titular de un artículo de prensa publicado en marzo 2001, a raíz de su actuación, como artista invitada en el espectáculo de Antonio El Pipa, en el Teatro Villamarta. En su gira 2002, que se ha iniciado con una serie de conciertos en Suecia, donde ha sido aclamada como la gran Dama Gitana del Baile Flamenco, actuará entre otros en, Estados Unidos, Francia, Italia y España. Actualmente, compagina sus actuaciones en Festivales y Teatros con la docencia impartiendo cursos en distintos países, principalmente, Francia, Estados Unidos y Japón y en la emblemática Carbonería de Sevilla.
Concepción Vargas Torres, bailaora gitana, más conocida en el mundo del arte del baile flamenco con su propio nombre artístico de CONCHA VARGAS, nació en Lebrija, (Sevilla) en el año de 1956, en el seno de una familia flamenca emparentada con los Pinini y los Peña. La bailaora, hija de Quintín Vargas, fue alumna de Pepe Ríos, quien la presentó con once años en el Gazpacho de Morón ante figuras de la talla de Fernanda de Utrera, Diego del Gastor y Antonio Mairena. Tras pasar por el tablao sevillano La Cochera, donde compartió tablas con Manuela Carrasco, en 1974 debutó en el tablao madrileño Zambra, donde hizo pareja con El Güito. Profesionalmente, se dio a conocer dos años después gracias a su papel en ‘Camelamos naquerar’, dando la réplica a Mario Maya. Más tarde, formó parte de la compañía liderada por el guitarrista Pedro Bacán, El Clan de los Pinini. Para entonces, había mostrado su baile en la mayoría de los festivales del circuito flamenco, además de actuar ante personajes tan relevantes como Indira Gandhi y Juan Pablo II. Simultanea sus frecuentes actuaciones en países como España y Francia, con la enseñanza tanto en Sevilla como en el exterior. Entre sus últimos proyectos destaca la participación representando a Lebrija en el espectáculo ‘De la mar al fuego’, una coproducción del Festival Flamenco de Mont de Marsan y la Bienal de Flamenco de Sevilla. Saludada por la prensa como la Gran Dama Gitana del Baile Flamenco De ella se ha dicho que es al baile lo que Fernanda de Utrera al cante y eso bastaría para definir el arte de esta gitana, nacida en Lebrija, en el seno de una familia de obreros agrícolas de profundas raíces flamencas, y emparentada por vía familiar directa con las dos Casas Cantaoras que atesoran todos los secretos del arte de hacer flamenco en Lebrija y Utrera: Los Pinini y Los Peña. Concha Vargas es una de las bailaoras más completas del momento: esencia, temperamento, compás, fuerza expresiva, facultades y maestría son sus poderes. Lejos de todo artificio y de las proezas técnicas tan al uso, Concha trata el baile flamenco como un todo, como un patrimonio heredado que ella revitaliza y renueva en cada actuación. Baile pues impetuoso, racial y de abrumadora autenticidad que hace de cualquiera de sus intervenciones una experiencia única para el más exigente de los espectadores. Debuta, con tan sólo doce años, en El Gazpacho de Morón al lado de maestros como Diego del Gastor, Chocolate, Terremoto y las increíbles Hermanas de Utrera, Fernanda y Bernarda. En 1974 se traslada a Madrid contratada por Manolo Caracol para formar pareja artística con el excepcional bailaor, El Güito, en Los Canasteros. Allí, Concha Vargas, es invitada por Mario Maya a ser su partenaire en la obra "Camelamos naquerar", espectáculo con el que realiza una gira, en olor de triunfo, por Europa y América, y que significa el primer peldaño de una carrera tan prestigiosa que la llevaría, años más tarde, a bailar delante de Indira Gandhi y de Juan Pablo II en el Vaticano.A lo largo de su brillante trayectoria, Concha Vargas, ha alternado sus actuaciones en los Tablaos y Festivales Flamencos de más solera, con su participación, como primera bailaora, en "Diálogos con Dios", de Curro Fernández; "Persecución", de Juan Peña El Lebrijano o "El Clan de los Pinini", de Pedro Bacán, espectáculo representado con éxito clamoroso en los más importantes escenarios de Europa. En noviembre 2000, viaja a Estados Unidos para presentarse, en compañía de La Macanita y Curro Fernández, en New York, Chicago, Albuquerque y de allí a diversas ciudades de Francia y Japón.Sus intervenciones en la Bienal de Flamenco de Sevilla han sido espectacularmente acogidas por el público y la crítica que, en la edición de 2000, tras su intervención en compañía de Miguel el Funi y Bernarda de Utrera, la aclamaría como"La Reina de la noche". Así mismo, "La Reina de Jerez" sería el titular de un artículo de prensa publicado en marzo 2001, a raíz de su actuación, como artista invitada en el espectáculo de Antonio El Pipa, en el Teatro Villamarta. En su gira 2002, que se ha iniciado con una serie de conciertos en Suecia, donde ha sido aclamada como la gran Dama Gitana del Baile Flamenco, actuará entre otros en, Estados Unidos, Francia, Italia y España. Actualmente, compagina sus actuaciones en Festivales y Teatros con la docencia impartiendo cursos en distintos países, principalmente, Francia, Estados Unidos y Japón y en la emblemática Carbonería de Sevilla.
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