Bulerías por Soleá:
Es uno de los estilos más discutidos en cuanto a su estructura musical. En general se cree que se trata de una soleá realizada más rápido, acercándose al aire de las bulerias, cuando en realidad es a la inversa; no es más que una bulería dicha a tiempo de soleá. Tanto es así, que en las primitivas placas de pizarra muchas veces venían con el título de bulería. El género recibe varios nombres alternativos: soleá por bulería, soleabulería, bulerías al golpe, bulería pa escuchar. Es un cante de origen jerezano y su melodía es claramente diferente a las de soleá aunque sean muchos los profesionales y aficionados que no aciertan a distinguida de la soleá.
Tonalidad
Se rige por la escala andaluza, aunque suele incluir un tercio que en un momento pasa sutilmente por la escala mayor, casi siempre el segundo cante, regresando enseguida al modal originario.
Compás
En lo referente a la métrica, las bulerías por soleá son eso, unas bulerías que ralentizan el aire acercándose al de la soleá, interpretada no obstante con ritmo más vivo y acentuado que ésta. Aunque se incluyan a menudo juegos de contratiempos y palmas más repiqueteadas, la base es la misma, el compás de soleá (ver reloj).
Estrofa
Remitimos al lector al apartado de la soleá.
Claves
Para no dudar entre si un estilo es una soleá o una bulería por soleá, recomendamos acelerar el ritmo y apreciar si el cante se convierte o no en una bulería. Otra de las diferencias con la soleá es la inclusión de un ripio del tipo "prima mía de mi alma" o "compañerita mía de mi alma" -ausentes en la soleá-, antes del último verso, a fin, generalmente, de otorgar la cuadratura que el cante necesita al transformar una soleá corta en la denominada soleá grande o de cuatro versos: Por ejemplo: "Eres como los judíos/ que aunque la ropa te quemen/ prima mía de mi alma/ no reniegas de lo que has sío". La estructura de las bulerías por soleá suelen seguir el siguiente esquema: Primero un estilo introductorio, una variante de bulería corta jerezana dicha en tiempo medio; En la segunda copla encontramos el tono de paso al mayor antes mencionado. Y para rematar un cante valiente, del que algunos intérpretes suelen prescindir si la tonalidad elegida es particularmente alta.
BULERÍAS POR SOLEÁ
El cante es mi buen amigo 2:59
Manolo Caracol
Guitarra: Juan Habichuela (Antonio Quintero / Rafael De León / Manuel Quiroga)
Manuel Ortega Juárez, Manolo Caracol (Sevilla, 7/7/09 - Madrid, 24/2/1973) para la historia suprema del arte flamenco nos deja uno de los mejores modelos de bulería por soleá registrados. Claro en las melodías, hace las variantes jerezanas más extendidas y en un orden musical perfecto pasa por Ias dos principales tonalidades de la música flamenca: el modal andaluz y el tonal modo mayor. Destaca también lo ajustado de la rítmica en todo el número. Modélico.
BULERÍAS POR SOLEÁ
El día que me eches de menos 3:53
Pepe el Culata
Guitarra: Melchor de Marchena (Popular)
Jerezana fue María la Moreno (1899 - 196?) una de sus más personales cultivadoras del estilo. Asentada en Sevilla difundió un estilo característico que cabe distinguir por la reiteración de algunos motivos y versos. El trianero José Bermúdez Vega, Pepe el Culata (Sevilla, 1911- Madrid, 1978) ha sido uno de sus más fieles difusores.
BULERÍAS POR SOLEÁ
Que loquita son tu gente 2:56
Sordera de Jerez
Guitarras: Paco de Lucía y Ramón de Algeciras (Popular)
Uno de los últimos baluartes del estilo fue sin duda Manuel Soto Monje, Sordera (Jerez, Cádiz, 1927 - 24/6/2001). Insuflándole su personalidad, su empuje y rajo, nos transmitió los ecos del Niño Gloria, Antonio la Peña o Mojama. Aquí se aprecia como el cantaor sugiere claramente el cambio al tono mayor (3:09) elemento diferenciador del estilo, aunque las guitarras no lo secundan, permaneciendo en el modal. Muestra también de la versatilidad de la música flamenca que a todo se adapta.
BULERÍAS POR SOLEÁ - GUITARRA
Antonia 6:28
Paco de Lucia Cante: Paco de Lucía
Percusión: Piraña
Palmas y coros: Antonio el Negro, Montse Cortés, Tana, Potito, Ángela Bautista y Paco (Paco de Lucía)
Dedicadas a su hija Antonia, estas bulerías por soleá, son deliciosas e incluyen además la voz de la niña y la del maestro, padre cantando a una hija. El aire que marca el género imprime al número la flamencura necesaria, ensayando Paco modulaciones y aportando riqueza armónica al discurso, y al flamenco. El cajón de Piraña está magnífico, todo un derroche de buen gusto. Las falsetas son todo un tratado de guitarra flamenca contemporáneo. El poderío de la música y la textura de los arreglos, hacen del número otra joya indispensable. Los caminos que recorre la guitarra, escrutando todas las posibilidades expresivas que su cabeza le sugiere. Paco de Lucía, en la madurez de una carrera larga e intensa, nos sigue regalando su arte, ahora cantando, aun sabiéndose un cantaor frustrado, pero como el maestro está de vuelta quiere grabar dos letras a su hija y las mete en este número, y el resultado es de primera categoría, todo un alarde de amor paterno con la música magnífica del genial guitarrista algecireño.
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