Biografía:
José Antonio Díaz Fernández, cantaor gitano, más conocido con el nombre artístico de EL CHAQUETÓN, nació en Algeciras (Cádiz), en el año de 1946, y murió en Madrid el 29 de Diciembre de 2003, a consecuencia de una grave enfermedad. Hijo de El Flecha de Cádiz, sobrino de Tomás El Chaqueta, Antonio El Chaqueta, Adela La Chaqueta, El Chaleco y Salvador Pantalón, y hermano de El Flecha. Reside en Madrid desde los doce años, iniciándose artísticamente a los quince, en la madrileña Venta Manzanilla, alternando con los veteranos Felipe de Triana, Pepe El Culata, Manolo de Huelva, Niño León, su padre y su tío Antonio El Chaqueta. En 1964, trabajó en el tablao Zambra de Madrid, junto a Pericón de Cádiz, Juan Varea, Rafael Romero, Perico el del Lunar, Rosa Durán y otros consagrados intérpretes. Seguidamente formó parte del elenco de Pacita Tomás, recorriendo la geografía española en diversas giras, que más tarde se extendieron a países europeos, americanos y asiáticos, con las compañías de Carmen Mora, María Rosa y otras figuras del baile. Ha pertenecido durante cinco años al plantel de artistas flamencos del tablao madrileño Café de Chinitas y uno a El Corral de la Morería. A partir de finales de los años setenta, comienza una nueva etapa de su vida artística, interviniendo en festivales y ofreciendo recitales en peñas y centros culturales. Obtuvo, en 1980, el premio Enrique El Mellizo, en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. Y entre sus actuaciones más significativas pueden reseñarse sus ilustraciones durante cuatro años de 1981 a 1984, de los actos flamencos organizados por las Juventudes Musicales de Francia; sus recitales en París; su recital, en 1982, en la Sala Olimpia de Madrid, acompañado a la guitarra por Enrique de Melchor; su participación en los Cursos Internacionales de Arte Flamenco de la Cátedra de Flamencología y Estudios Folclóricos de Jerez de la Frontera, en 1983 y, en 1986, su colaboración en el Festival Internacional de Música de Marraquesh y su actuación en la IV Bienal de Arte Flamenco Ciudad de Sevilla, así como sus actuaciones en los festivales de la I y II Cumbre Flamenca de Madrid. Tiene en su haber varios discos y diversas distinciones de peñas flamencas, de las que una de ellas, en la calle Canaria de Madrid, lleva su nombre. Es un excelente conocedor de los cantes puramente gaditanos, conservando las raíces de su padre el Flecha de Cádiz y de su tío Antonio El Chaqueta, Grabó muy poco Antonio El Chaqueta, por lo que su sobrino El Chaquetón, bien puede ser y lo tiene ya más que apuntado con respecto a su tío y maestro. La Peña El Chaquetón, una de las más famosas y frecuentada por todos sus compañeros y artistas del cante y el mundo del arte, se encontraba en la calle Canarias del paseo de las delicias de Madrid, era una de las Peñas donde mejor se podía escuchar cante, porque siempre era visitada por grandes artista del flamenco, donde todos se encontraban a gusto por la gran afición que existía, allí conocí a muchos buenos cantaores como a Juan Varea, El Chato de la Isla, José Meneses, y sobre todo al propio Chaquetón, donde tuvo una noche de delirio con una serie de cantes de su tierra, como la Malagueña del Mellizo, única de forma de decir como la decía su padre El Flecha de Cádiz, con toda la sabiduría del Enrique El Mellizo, aquella noche él sabia que había buena afición demostrando toda sus buenas facultades, a igual que un buen aficionado sabe cuando un cantaor canta bien, y no lo hacer sentir como lo hizo El Chaquetón, pude desahogarme llenando de elogio a un gran cantaor gaditano de los que hay muy pocos, fue una gran noche donde conocí por primera ver a nuestro amigo El Chaquetón, esto ocurrio allá por el año de 1982, como recuerdo quiero poner un cante por CANTIÑAS es único en el saber decir estos cantes, será acompañado por Felipe Maya José Antonio Díaz Fernández, 'Chaquetón', cantaor flamenco Mal se despide el año en el flamenco, lamentablemente mal. Para hoy a las 10.30 está prevista en el cementerio de la Almudena la incineración del cuerpo de José Antonio Díaz Fernández, fallecido anteanoche en una clínica de Madrid. Había ingresado en ella una semana antes en grave estado como consecuencia de un cáncer extendido a varios de sus órganos vitales, y el final fue irremediable. Nacido en Algeciras (Cádiz) en 1946, José Antonio Díaz Fernández tiene un singular puesto en la historia del cante flamenco, arte en el que ganó fama con el nombre de Chaquetón. En su misma familia encontró un profundo vivero de saberes jondos, que asimiló con devoción desde su niñez. Reunía en él con admirable propiedad los cauces gitano y payo del cante. Fue hijo del cantaor Flecha de Cádiz y de la cantaora y bailaora -aunque nunca ejerciera como profesional- María Fernández de los Santos, quien pertenecía a la larga saga gitana y flamenca de los Chaqueta. Nieto, por tanto, de José Fernández Vargas, a quien llamaban El Mono, que al parecer fue una auténtica enciclopedia del cante y era primo carnal de El Cojo de Málaga. Hermanos de la madre de Chaquetón fueron el bailaor Tomás El Chaqueta y los cantaores Antonio El Chaqueta, José El Chaleco, Salvador Pantalón: la tendencia a adoptar un nombre artístico referido a prendas de vestir, presente en casi todos los miembros de la dinastía. Hermano suyo es el también cantaor Manuel El Flecha. Una casa con mucho arte, evidentemente. Me contaba Chaquetón -con quien hablé muchas veces de estos temas- que cuando vivían en La Línea muchos artistas que allí trabajaban, al terminar en la fiesta o la reunión de turno, como en ese mundillo estaban ya sus tíos Tomás y Antonio El Chaqueta, los compañeros les pedían ir a la casa del padre, tomamos allí una botellita, y era para ver bailar a su madre, por escuchar a sus abuelos o a alguno de sus tíos. Y allí se iban. Los flamencos llegaban a cualquier hora de la madrugada, las tres, las cuatro, y todo el mundo levantado, era una de esas casas gitanas en que cualquiera que llegaba a cualquier hora era bien recibido. Y había cante y baile hasta bien avanzada la mañana. Así fue como Chaquetón aprendió prácticamente a cantar a la vez que a andar. Y fue un gran cantaor, de voz ligeramente afillá (rozada, ronca), profunda y flamenquísima. Primero en el cante de atrás, para acompañar a los bailaores, y después en el cante de alante, como protagonista. Nadie probablemente ha cantado la malagueña del Mellizo con la grandeza y la riqueza de tonos que lo hacía Chaquetón. Lo que no limitaba en modo alguno su versatilidad cantaora, pues interpretaba con parecida solvencia todo el árbol de los cantes, demostrando igual eficiencia en los estilos serios que en los festeros. A mi juicio, Chaquetón fue un maestro no suficientemente reconocido en vida, aunque tuvo en su carrera etapas brillantes. Chaquetón vivió dedicado exclusivamente al cante. No sabía hacer otra cosa, amparado en el amor absoluto y protector, yo diría que maternal, que le profesaba su mujer, Lina. A ella testimoniamos nuestra solidaridad en tan tristes horas como las que está viviendo. Descanse en paz el querido amigo.
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