sábado, 15 de agosto de 2015

Flamenco Fandangos Naturales


Flamenco Fandangos Naturales:

A partir del modelo de fandango popular que se hace en la provincia de Huelva y engrandeciéndolo con ornamentos melódicos exclusivos del cante jondo, en el tramo final de los años veinte del pasado siglo surge un tipo de fandango flamenco que pronto alcanzará su máximo apogeo en los espectáculos andaluces y nacionales. 
A esta fiebre se apuntaron casi todos los cantaores, dándole al fandango cada uno su sello, su matiz personal. Surgirán entonces los llamados fandanguillos, fandangos naturales o artísticos que interpretaban con particular frecuencia toda una hornada de Niños que siguieron al Niño de Marchena y cubrieron la etapa que se dio en llamar Ópera Flamenca, pues así se anunciaban los espectáculos. La rítmica habitual se abandona para interpretarse casi de forma libre, sin un compás externo determinado. Es el Niño Ricardo el guitarrista que abandera esta etapa. 
Tonalidad 
Es la misma que para todos los fandangos, alternancia del modal andaluz en las variaciones de guitarra y tonal mayor en los cantables. 
Compás 
Aunque en un principio se sigue el mismo sistema que el verdial y el abandolao ver, con el auge del estilo se acaba abandonando la rítmica del abandolao - el compás se mantiene-, dando paso a un acompañamiento distinto a medio camino entre el fandango de Huelva y la soleá que impone el Niño Ricardo. 
Estrofa 
La estrofa es, cómo no, la de un fandango. Aunque el desaforado barroquismo romántico que en sus comienzos alcanza el subgénero del fandanguillo, provocado por cantaores de pacotilla en pos de éxito fácil, traerá disparates literarios de alta graduación; por suerte lo natural es lo que resiste el paso del tiempo y el auténtico fandango, con la estrofa que le corresponde, es el que ha quedado. Los argumentos fandanguilleros han buscado muchas veces el tremendismo más o menos barato. Generalmente el melodrama está presente. Se buscaba la lágrima difícil del oyente para que éste soltara la pasta: corrían tiempos de mucho hambre. Pero no solo de truculencias vive el fandango. Hay coplas, muchas, de verdadera entidad en el repertorio. Suelen ser de carácter sentencioso, algunas con importante carga político, social, o de tema amoroso. 
Claves 
Para distinguir un fandango natural de uno comarcal, lo mejor es atender a la rítmica. Repetimos, fue el guitarrista Niño Ricardo Manuel Serrapí Sánchez. Sevilla, 1904-1972, quien impuso para el acompañamiento de los fandanguillos un nuevo sistema, renunciando al rasgueado habitual del toque abandolao y rasándolo en el de soleá. De este modo todas las partes de guitarra -introducción, interludios (variaciones o falsetas)-, se apoyan en la rítmica de la soleá. En los cantables con frecuencia se opta por un sistema libre de ritmo a fin de permitir al cantaor la libre expresión sin trabas rítmicas que le obliguen a una cadencia. El guitarrista se limita a responder al cantaor con los acordes referentes a la tonalidad que éste vaya apuntando. En otras ocasiones el toque se mantiene siempre en la rítmica de la soleá, pero este procedimiento, que antaño se estiló, hoy es infrecuente ver fandango por soleá. 
FANDANGOS DEL CARBONERILLO 
Fandangos del Carbonerillo 3:00 
El Yunque 
Guitarra: Víctor Monge, Serranito Popular 
Nada más oportuno para entrar ya en los fandangos artísticos, creados a partir de finales de los años 20 del homónimo siglo por los artistas más destacados, por regla general basándose en el cante de Huelva, que escuchar el de un macareno inolvidable, El Carbonerillo, que nos legó uno de los más sentimentales, llorados y, sin lugar a dudas, más flamencos. Lo dice con gusto y propiedad Ricardo Losada Maya, El Yunque (Madrid, 1/11/1946). 
FANDANGOS DE CEPERO 
Los cinco capullos 1:41 
El Borrico de Jerez 
Guitarra: Pedro Peña (Juan Peña) 
Partiendo del cante onubense el jerezano Don José Cepero compuso uno de los fandanguillos menos artificiosos; más naturales y por ende de pleno valor jondo. Lo canta con impresionante voz de caverna el Tío Borrico. 
FANDANGOS DEL GLORIA
Ya ha florecido 2:53
La Paquera de Jerez
Guitarra: Manuel Morao (A. Gallardo / N. Sánchez)
Entre los grandes de aquel primer fandanguillo está El Gloria, jerezano asentado en Sevilla que, haciendo suyo un estilo de Pepe Marchena, consiguió ser inimitable. La Paquera es una de las más fieles continuadoras de su estilo. La guitarra de Manuel Morao está como siempre soberbia. La belleza melódica de este fandango lo ha convertido en uno de los preferidos de la afición, siempre que es interpretado como manda el modelo heredado, cosa que no siempre ocurre.
FANDANGOS VALIENTES DEL GLORIA
Que no le guardo rencor 2:16
Ángel de los Reyes
Guitarra: Manolo Sanlúcar (l. Muñoz Raposo)
Amén del estilo anterior El Gloria aportó un fandango valiente, que escuchamos en la voz infante del que fuera promesa sanluqueña del arte grande: Ángel Guerrero, Ángel de los Reyes (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, 196?). Una mayor elaboración ornamental caracterizan esta modalidad, contrastando con la más austera, pero más difícil, que la anterior.
FANDANGOS DEL PELUSO
Me acariciabas 3:08
El Peluso
Guitarra: Ramón de Algeciras (Popular)
El Peluso cosechó en su juventud numerosos triunfos cantaores, dedicándose al perder facultades, a un flamenco sandunguero y simpático. Aquí está en su propio fandango, directo y sencillo, con sus versos melódicos entrecortados, señal de identidad flamenca.
FANDANGOS DE SEVILLANO
Que no te quisiera 2:27
El Sevillano
Guitarra: Paco de Lucía (Antonio Pérez Guerrero)
Antonio Pérez Guerrero, El Sevillano (Sevilla, 15/4/1909 - 14/2/1989), es difícil de remendar por la velocidad y el juego de tesituras que imprimía a sus creaciones -hablamos en plural porque, como escuchan, son varias-; en el segundo cante; por ejemplo, apreciarán un cambio de tono claro, sustituyendo el Do mayor por un La mayor, y rizando el rizo de la belleza lo alterna con el La menor. A esto Antonio añadió unas coplas sentenciosas, de su autoría, que impactaron.
Fandangos Naturales Segunda Parte
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