Biografía:
Manuel Moreno Junquera
Jerez de la Frontera. Cádiz, 1956
Guitarrista
Este guitarrista es hijo de Juan Morao y sobrino de Manuel Morao, tocaores de solera. Moraíto es continuador de esa forma característica de la guitarra jerezana, airosa, rítmica, acompasado, basada en la técnica de pulgar, en cierto modo primitiva, pero repleta de sabor flamenco. Muy pocos suenan con el aire y el temple jerezano de Moraíto. La guitarra de este flamenco, curtida en el complejo oficio de acompañar el cante, arrebata con duende obstinado. Comenzó su carrera en 1966, impulsado por su tío Manuel. Ha trabajado en el madrileño tablao de Los Canasteros y La Venta del Gato, hasta incorporarse al circuito de los festivales. En los últimos tiempos, ha emprendido una actividad paralela como concertista, faceta en la que ha obtenido éxitos sonados. Ya consiguió por dos veces (1 972/1986) el Primer Premio Nacional de Guitarra Flamenca, que convocaba la jerezana Peña los Cernícalos, y su arte fue reconocido por la Cátedra de Flamencologia de Jerez, que le entregó, en 1984, la prestigiosa Copa Jerez. Su primer álbum en solitario obtuvo el reconocimiento de la Nueva Academia del Disco, de París. Moraíto reinterpreta, desde la juventud, la herencia sonora de su tierra. Su hijo Diego está siguiendo sus pasos. De alguna manera, Moraíto se ha convertido en el descubridor de nuevos valores jerezanos, a los que no para de presentar en público. Es uno de los tocaores más solicitados por las figuras del cante, puesto que pocos saben acompañarlo con tanto aire y justeza. En las últimas temporadas ha formado pareja artística con José Mercé, en un exitoso tándem.
Jerez de la Frontera. Cádiz, 1956
Guitarrista
Este guitarrista es hijo de Juan Morao y sobrino de Manuel Morao, tocaores de solera. Moraíto es continuador de esa forma característica de la guitarra jerezana, airosa, rítmica, acompasado, basada en la técnica de pulgar, en cierto modo primitiva, pero repleta de sabor flamenco. Muy pocos suenan con el aire y el temple jerezano de Moraíto. La guitarra de este flamenco, curtida en el complejo oficio de acompañar el cante, arrebata con duende obstinado. Comenzó su carrera en 1966, impulsado por su tío Manuel. Ha trabajado en el madrileño tablao de Los Canasteros y La Venta del Gato, hasta incorporarse al circuito de los festivales. En los últimos tiempos, ha emprendido una actividad paralela como concertista, faceta en la que ha obtenido éxitos sonados. Ya consiguió por dos veces (1 972/1986) el Primer Premio Nacional de Guitarra Flamenca, que convocaba la jerezana Peña los Cernícalos, y su arte fue reconocido por la Cátedra de Flamencologia de Jerez, que le entregó, en 1984, la prestigiosa Copa Jerez. Su primer álbum en solitario obtuvo el reconocimiento de la Nueva Academia del Disco, de París. Moraíto reinterpreta, desde la juventud, la herencia sonora de su tierra. Su hijo Diego está siguiendo sus pasos. De alguna manera, Moraíto se ha convertido en el descubridor de nuevos valores jerezanos, a los que no para de presentar en público. Es uno de los tocaores más solicitados por las figuras del cante, puesto que pocos saben acompañarlo con tanto aire y justeza. En las últimas temporadas ha formado pareja artística con José Mercé, en un exitoso tándem.
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