martes, 16 de febrero de 2016

Flamenco María Fernández Granados Sevilla


Biografía:

María Fernández Granados, cantaora gitana, más conocida en este mundo del arte del cante flamenco con el nombre artístico de LA PERRATA, nació en Utrera (Sevilla) en el año 1922, y murió el día 5 de Febrero de 2005, en Lebrija (Sevilla). María la Perrata recogió todo el legado flamenco de Utrera y Lebrija. Nieta de Perrate, era abuela de Dorantes... Nunca se dedicó por completo al cante profesional por voluntad de su marido Bernardo Peña, María La Perrata era hija de cantaores, hermana del Perrate de Utrera, madre de El Lebrijano y del tocaor Pedro Peña, prima de la Fernanda y la Bernarda de Utrera y tía de otros artistas como el Turronero, Gaspar de Utrera o Pedro Bacán. De su madre aprendió los cantes tradicionales que se oían en su casa, pero por su casa desfilaban los más grandes maestros del flamencos de toda procedencia para escuchar los cantes que atesoraba. Que era frecuentada a veces por Antonio Mairena y otros cantaores para escucharla cantar. Estaba casada con el lebrijano Bernardo Peña, a quien conoció a los 13 años. Años después de la muerte de su marido, volvió a cantar en público dejando incluso registrado su eco en algunos vinilos. Actualmente, sólo está disponible una muestra de su cante en el doble CD recopilatorio Grandes cantaores del flamenco. Ha colaborado en discos como los volúmenes siete, ocho, nueve, once y veintidós de la serie Rito y geografía del cante, ha sido una de las cantaoras del más puro cante gitano que se conoce. Que dios la tenga en gloria. María La Perrata en familia Aunque parezca sorprendente, el cante de El Lebrijano, al margen de haber explorado territorios conquistados a solas por Juan Peña, se alimenta, todavía hoy, del enorme repertorio lírico y melódico de su madre La Perrata. Este disco se podría titular Perrata y familia, ya que, al margen de cantar mano a mano con su hijo Juan, incluyendo un dúo por romances, Pedro Peña pone la guitarra y el patriarca, Bernardo Peña, vigila desde la portada del vinilo. El cante de La Perrata es ese enorme patrimonio del cante femenino de los Peña-Fernández que tanto bueno a dado a este arte: Fernanda, Bernarda, Pepa, Inés, etc. De ahí que los cantes estrella de esta obra sean los del ritmo amalgamado de la bulería por soleá. Y la visceralidad con la que se arroja la intérprete al cante. María la Perrata (Utrera, 1922-2005) no era sólo la madre de Juan Peña El Lebrijano y la abuela de Dorantes. Tenía una voz corta pero ágil, doliente y característica del cante femenino del área utrero-lebrijana, y de hecho era especialista en los estilos de la zona, soleares, fandangos por soleá y bulerías. Un sentido del ritmo característico, retardado, reticente y sentimental. La manera de arrojarse en los tercios, en la letra, evidencian una vinculación biográfica con su arte, que es la característica más sobresaliente del arte más sobresaliente. Lo que la Perrata ponía sobre el tapete era un río subterráneo y primitivo. 

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