jueves, 7 de abril de 2016

Entrevista historica a Antonio Agujetas


Entrevista a Antonio Agujetas:

La pareja formada por Antonio Agujetas y Alberto San Miguel acaba de sacar al mercado "Así lo siento", un trabajo producido por la Peña Flamenca Los Cernícalos en el que han colaborado la Diputación de Cádiz, el Ayuntamiento de Jerez y las Bodegas GonzálezByass. A través de un recorrido largo en palos, Antonio da cuenta de su enciclopedismo e inquietudes. 
Antonio Agujetas es un cantaor racial al que no le gusta que lo comparen con nadie. Su voz guarda el eco inconfundible y personal de una de las dinastías cantaoras de mayor abolengo, ya que en él se funden los rajos de Tío Manuel y Manuel Agujetas. Tras más de doce años entre rejas Antonio ha decidido cambiar los barrotes de la cárcel por las cuerdas de la guitarra de su amigo Alberto San Miguel, para tratar así de hacerse un hueco en un mundo tan complicado como el del flamenco. 
¿Dónde y cómo se cría Antonio Agujetas? 
Yo me he criado en Jerez junto a mi madre, aunque por circunstancias de la vida me metí en un tema muy gordo cuando aún era un crío y tuve que pasar doce años de mi vida en la cárcel 
Y allí ganó el Concurso Nacional Penitenciario... 
Efectivamente, en 1997 me hice con el Premio Nacional de Cante para Presos lo que me sirvió para grabar el disco, Dos gritos de libertad. Fue una experiencia muy bonita en la que canté como había oído cantar a mi familia toda la vida, sobre todo por seguiriyas y martinetes, aunque en aquel disco también grabé un montón de palos. 
Sin embargo, ahora es usted mucho más largo. ¿A qué se debe el cambio? 
Desde que conocí a Alberto y empecé a trabajar con él se convirtió en mi mano derecha. Gracias a su ayuda he empezado a cantar por una serie de palos por los que antes no lo hacía, como malagueñas, granaínas, cartageneras y tarantos. De hecho ahora mismo estamos montando unas bamberas. En cierto modo, Alberto me está ayudando a descubrir cuáles son mis facultades 
En el romance hay pasajes en los que recuerda a Rafael El Negro. 
¡Claro! Es que mi padre le escuchó el romance de Bernardo Alcarpio al Negro del Puerto y yo se lo he oído a él, así que es normal que en cierto modo recuerde a él. 
Llama muchísimo la atención la manera de titular los cantes que ha tenido en este cuarto disco. ¿A qué se debe? 
Eso ha sido idea de Alberto San Miguel, aunque a mí me ha gustado mucho. Con ello sólo hemos tratado de añadir algo de frescura a letras y palos clásicos para que las cosas no sean siempre iguales. 
Alberto también firma como letrista alegrías y fandangos. ¿No se quejará de guitarrista? 
Pues la verdad es que no. Han sido nada más que unas pinceladas, pero han estado muy bien. Las alegrías son suyas íntegramente, pero los fandangos los firma a medias con Pedro Carabante, aunque el que me ha dicho por qué estilo entraban mejor y cómo podía mejorarlos ha sido Alberto. Es mi mano derecha y no me voy a cansar de decirlo, porque realmente él ha sido quien más me ha ayudado desde que salí de la cárcel. 
En contra de la tendencia general, este trabajo no tiene nada de comercial. 
No, no, no..., éste es un disco para aficionados cabales. Las cosas comerciales pasan de moda y luego ya nadie se acuerda de ti. Nuestra idea ha sido la de hacer un trabajo serio con el que los buenos aficionaos puedan disfrutar hoy, mañana y siempre, porque así es como lo siento. 
Como el título mismo... 
Ahí está picha (risas). Además acabas de dar en la clave, porque ésa era nuestra idea, llevar al disco todo lo que he pasado durante mi vida de la manera más sincera posible. 
Dentro de un mes cantará en el Espárrago de Jerez. ¿Qué espera encontrar allí? 
Creo que va a ser muy importante porque allí habrá muchos jóvenes y será una buena oportunidad para acercar el cante puro a un público que está acostumbrándose a lo comercial. A ver qué pasa... 
Fernando González-Caballos Martínez
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