domingo, 3 de abril de 2016

Entrevista a Eduardo Serrano Iglesias


Entrevista a Eduardo Serrano Iglesias:

Eduardo Serrano Iglesias, El Güito, sigue siendo el maestro de la soleá. Aprovechando su estancia en Mont-de,-Marsan, donde ha estado dando un curso de baile, hablamos con él a cerca de su carrera y el momento por el que atraviesa el baile flamenco. Estas eran sus impresiones. 
¿Cómo y por qué empieza a bailar El Güito? 
Yo empecé a bailar con 4 años. En aquella época estaba de moda un tipo de cine que podríamos denominar folklórico y aquello empieza a llamar mucho mi atención. Es así como entro a estudiar con Antonio Marín hasta los 14 años. A esa edad Pilar López me incorpora a su compañía y empiezo a bailar como profesional. Así que como ves fue casi sin darme cuenta. Era un crío al que simplemente le gustaba bailar por el hecho de bailar, pero nada más. 
A pesar de ello, tengo entendido que ya en aquellos años recibió premios y distinciones muy importantes, ¿no? 
Sí, así es. A los 16 años recibí el premio Sarah Bernhardt del Teatro de las Naciones de París. Fue un premio muy importante que me distinguía como el mejor bailarín de ese año. 
¿Y después de aquello? 
Bueno, la verdad es que después de aquel premio dejé a Pilar López y empecé a trabajar en los tablaos. Recuerdo que en aquellos años también trabajé mucho con Manuela Vargas hasta que empecé a montar mis primeros grupitos. En realidad esos fueron mis principios.
¿Cómo recuerda aquella época? 
Ufff…, ¿como la voy a recordar? Aquella época fue para mi la mejor de todos los tiempos. Piensa que en aquel tiempo cantaban para bailar artistas como Antonio Mairena, Caracol, Terremoto, Sernita, Chano Lobato, La Perla e incluso el mismo Camarón. Aquellos cantaores y cantaoras trabajaban con figuras de la talla de Manuela Carrasco, Farruco, Rafael el Negro, Antonio Gades, Matilde Coral, Mario Maya… Los años 60' fueron la etapa dorada del baile y del flamenco en general. 
¿Cuál era la intención de un joven bailaor como usted en aquellos años? 
Imagínate. Cuando bailaba con Pilar López había bailaores en la compañía como: Farruco, Mario Maya, Curro Vélez, así que me pasaba el día observándolos. Después, me iba a mi camerino y trataba de hacer las cosas que más me habían llamado la atención a mi manera. Como era el más jovencillo, traté de aprender cosas de todos ellos. Lo que pasa es que después tienes que crearte tu propia personalidad porque sino no vales un duro. 
En aquella época, ¿cuáles eran sus proyectos y con quién los desarrolla? 
Eran otros tiempos y claro, trabajábamos para ganar dinero pero sólo queríamos el dinero para volver a irnos de fiesta. En aquellos años comencé a trabajar en Torres Bermejas con el Trío Madrid. Allí estabamos trabajando además de Mario Maya, Carmen Mora y yo, Pansequito y Camarón. En Canasteros estaban Farruco y Manuela Carrasco. Es decir, había una baraja de artistas tan amplía que los aficionados iban de un sitio para otro sin parar. Piensa que por aquel entonces había en Madrid del orden de 11 a 12 tablaos, además de un buen número de salas de fiesta en las que también solía haber un cuadro flamenco. 
Y llegan los Festivales de Verano 
Efectivamente, aparece el Potaje Gitano de Utrera y después todos los demás. Recuerdo que el de Mairena era uno de los mejores, pero había muchos. Creo que llegaron a haber más de 100 festivales en toda Andalucía. Aunque siempre fueron igual de pesados, desde las diez de la noche hasta las siete de la mañana. Eso no hay quien lo aguante. En mi opinión, deberían de partir el festival en varios días para no llevar a todos los artistas de golpe. La duración de un espectáculo hoy no debe superar las dos horas para que el público se quede satisfecho. Por mucho que a una persona le pueda gustar el flamenco, la duración de la mayoría de los festivales es excesiva, la gente se aburre, se marcha a la barra a tomar una copa y ese murmullo que se forma me parece de una falta de respeto y consideración hacia los artistas, impresentable. 
Pero usted también ha tenido compañía propia durante muchos años, ¿no? 
Sí señor. Después de mi etapa en los tablaos comencé a montar mis primeras compañías. Hoy en día llevo más de 15 años con mi propia compañía, con la que trabajo mucho fuera de España. Recuerdo que una de las mejores giras que he hecho en los últimos años fue la de 1997. Con aquella compañía hicimos escala en París donde tuvimos muchísimo éxito. Además de mi cuerpo de baile venían como artistas invitadas: Carmen Linares y Sara Baras. De hecho fue después de aquella gira cuando Sara comenzó a ser famosa. 
Además de Sara Baras, ¿qué bailaores/as han pasado por su compañía en los últimos años? 
Creo que casi todos. Desde Beatriz Martín, María Vivó, Belén Fernández, Belén Maya, etc... En realidad todos y todas han venido a aprender durante un tiempo y casi todos se han quedado bailando en la compañía. 
La última que yo recuerdo es Maripaz Lucena 
Correcto. Esa chica comenzó a bailar conmigo y ha estado viniendo conmigo hasta hace muy poco tiempo. Ahora se va a marchar a Japón durante 6 meses, por eso voy a volver a llevarme a Belén Fernández. Pero con los bailaores ha pasado lo mismo. Tanto por mi academia como posteriormente por la compañía han pasado bailaores como: Joselito Romero, Alfonso Losa, Domingo Ortega y otros muchos, sobre todo de Madrid. 
Sin embargo, el baile masculino parece atravesar un periodo de investigación. 
Hombre, yo creo que estamos viviendo una época muy fuerte del baile. Hoy bailan igual las mujeres que los hombres, pero es porque todo el mundo está liao con los pies. Nadie se preocupa de los brazos, la cabeza, la estética y todo es a base de fuerza y contratiempos. Además si te das cuenta todos se parecen en algo. Mientras que en mi época cada cuál tenía su personalidad. 
Y, ¿qué me dice de la guitarra y el cante? 
Desde luego, la guitarra es en lo que más se ha avanzado en los últimos años. El cante se ha quedao un poco…, ya no se ven aquellas figuras como: Terremoto, Chocolate, Mairena, El Sordera. Antes oías cantar a uno de esos y sin verlo sabías perfectamente quién era. Hoy no hay ni uno que suene con personalidad propia. 
¿Piensa que hoy en día los jóvenes tienen demasiada prisa por convertirse en figura y dar el salto en solitario? 
Por supuesto. Hoy todo el mundo quiere ser figura sin haber tenido tiempo de hacerse una trayectoria. Además en todos los aspectos, lo mismo da el baile, que la guitarra o el cante. 
¿A dónde intuye que irá a parar esta situación? 
Lógicamente, todo tendrá que volver a su ser natural. El baile volverá a ser más pausado para expresar lo que se está bailando. De manera que, si se baila por seguiriyas, se baile por seguiriyas y si bailas por soleá hacerlo como hay que hacerlo. No como hoy que todo se baila igual, por bulerías. 
Su palo siempre ha sido la soleá, ¿me equivoco? 
No. Es verdad que todo el mundo me conoce por mi manera de bailar por soleá, pero también he hecho cosas por todos los palos, e incluso he llegado a bailar clásico. 
¿Qué opinión le merece el nivel exhibido por los participantes en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba? 
Yo no estuve allí durante todo el concurso, aunque vi la gala de ganadores y la verdad es que el nivel estuvo flojito. Por ejemplo, Manolo Sanlúcar se agarró un cabreo importante, con toda la razón del mundo, porque aquel chaval no estaba para un premio como ese. Sin embargo, en baile la chavala que se llevó el premio por soleá, Hiniesta Cortés, bailó muy bien y me pareció que se lo merecía. Aunque en baile también se dieron unos premios que vaya tela. No es que no se los merecieran los que se los llevaron, sino que por medio se quedó en el camino gente que bailaba mucho mejor. Y de cante ni hablamos por que de eso no quiero ni opinar. 
Maestro… ha sido un placer conocerlo. 
Muchas gracias. 
Fernando González-Caballos Martínez
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