Biografía:
Juan Sánchez Valencia y Rendón Ávila, El Estampío (Jerez de la Frontera (Cádiz), 1879 ó 1880/ Madrid, 1957). Bailaor A los diez años bailaba por las calles de su pueblo. Probablemente entonces aprendió cosas de Antonio el Raspao, pero quien había de marcarle decisivamente fue la Hija del Ciego. En los años de niñez y adolescencia lo que quiso de verdad fue dedicarse al toro, y con el nombre de El Feo anduvo por capeas y becerradas, e incluso llegó a torear, vestido de luces, algunas novilladas en Extremadura. Sentía inclinación hacia el baile flamenco, pero carecía totalmente de técnica. A comienzos de siglo llegó a Madrid, consiguió trabajo en el Café de la Marina, en él bailó un tango y fracasó. A la noche siguiente logró actuar en el Café de La Magdalena. Descorazonado por lo ocurrido la víspera, bailó El picaor, que al decir de Juan de la Plata se lo inventó una noche que tenía dos copas en el cuerpo, después de haber presenciado las malaventuras de un picador sin suerte en una corrida.
Con El picaor triunfó clamorosamente en el Café de la Magdalena, donde entonces era la estrella Salud Rodríguez, hizo amistad con ella y a su lado se preocupó por aprender todo lo que pudo, que fue mucho, tanto que a ella se la considera su maestra. Su clase de bailaor ha sido unánimemente reconocida. Ya Fernando de Triana decía de él que tenía un juego de brazos inimitable y exclusivo, y Aurelio de Cádiz afirmaba que quien sabía llevar las manos de Estampío podía echarse a dormir, porque era el mejor aficionado que él había conocido en el baile por alegrías, y quien dominaba el baile por alegrías de Estampío lo dominaba todo. La bailaora Rosa Durán, que lo conoció bien, decía al autor: "Era un fenómeno el Estampío. ¡Uy, qué baile el Estampío, qué pies, qué dolor de persona, qué bailaor más bueno! Y qué marcha bailando, qué fino, cosa mala. Yo fui su primera discípula". Llegó a bailar vestido de torero en Londres y París, formando parte del ballet de Serge Diaghilev. Cuando pasó su hora de gloria, en la década de los 30, se estableció en Madrid. Daba clases de baile y vivía en una humilde buhardilla del barrio de Lavapiés, donde casi octogenario murió olvidado de todos y rodeado de gatos.
Con El picaor triunfó clamorosamente en el Café de la Magdalena, donde entonces era la estrella Salud Rodríguez, hizo amistad con ella y a su lado se preocupó por aprender todo lo que pudo, que fue mucho, tanto que a ella se la considera su maestra. Su clase de bailaor ha sido unánimemente reconocida. Ya Fernando de Triana decía de él que tenía un juego de brazos inimitable y exclusivo, y Aurelio de Cádiz afirmaba que quien sabía llevar las manos de Estampío podía echarse a dormir, porque era el mejor aficionado que él había conocido en el baile por alegrías, y quien dominaba el baile por alegrías de Estampío lo dominaba todo. La bailaora Rosa Durán, que lo conoció bien, decía al autor: "Era un fenómeno el Estampío. ¡Uy, qué baile el Estampío, qué pies, qué dolor de persona, qué bailaor más bueno! Y qué marcha bailando, qué fino, cosa mala. Yo fui su primera discípula". Llegó a bailar vestido de torero en Londres y París, formando parte del ballet de Serge Diaghilev. Cuando pasó su hora de gloria, en la década de los 30, se estableció en Madrid. Daba clases de baile y vivía en una humilde buhardilla del barrio de Lavapiés, donde casi octogenario murió olvidado de todos y rodeado de gatos.
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