domingo, 1 de mayo de 2016

Entrevista a Chicuelo


Entrevista a Chicuelo :

Un quejío de Duquende es prácticamente lo primero que se escucha en tu disco, en las bulerías "Cambalache". 
Las hice hace tiempo, el título viene de un grupo de ocho componentes que hice hace unos años en Barcelona, y he querido tocar ese tema en homenaje al grupo, aunque Duquende no era componente de él. Como estuve cuatro o cinco años trabajando con él, quería que estuviera presente en el disco. 
¿Cambalache era paralelo a Iberia? 
¿El grupo de Amargós? 
Sí, con Ginesa… 
No, era muy anterior, cuando estaba Iberia yo no estaba empezando pero poco me faltaba.
¿Cuándo empezaste a tocar? 
Con doce años. O trece. 
Entonces lo de Cambalache era a la vez que… 
Que estaba con Mayte, con Duquende… Después de grabar el disco "Muy frágil" de Mayte Martín, después de la gira, se me ocurrió eso por tener más campo, una formación exclusiva de Barcelona; pero se deshizo porque éramos muchos y no había tanto trabajo, los cantaores se fueron con Joaquín Cortés… y ya me puse a pensar en grabar yo solo. 
Comenzaste con Mayte, antes que con Ginesa. 
Sí, pero empezar empecé en el tablao, El Tablao de Carmen, que ya lo refleja el disco, que fue donde me hice como guitarrista. Llegué verdecito y fue una época genial en ese tablao, que cada mes venía un artista invitado, era una motivación y yo era el guitarrista de todos. Con Eva la Yerbabuena estuve cinco meses. 
Y Paco Jarana. 
No, no eran ni novios, venía con sus padres. Sara Baras también estuvo, Adrián… mucha gente en una época mágica. 
En el Tablao de Carmen comenzó también Miguel Poveda. 
Pero en la época en que yo estaba yo ni lo conocía, se juntaba con Mayte y tenía relación con ella. Estando en el tablao fue donde conocí a Mayte, se fijó en mí y quiso que yo trabajara con ella. En el tablao me pasé año y medio, el tiempo adecuado para hacerme y no caer en la monotonía. 
¿Recuerdas la fecha? 
Sí, fue hace doce años, yo ahora tengo 32 años, recién licenciado de la mili me metí en el tablao.
Con quien más has trabajado, como director musical, es con Ginesa Ortega. 
Como director musical sí, de sus dos discos, "Siento" y "Oscuriá", pero con Mayte he estado más tiempo, siete u ocho años trabajando. Con Ginesa habré estado un par de años, combinado con… es que hubo una época en que estaba muy liado porque estaba con Duquende, con Mayte, con Ginesa, con Poveda… un follón, demasiada gente y demasiado diferente. Cada uno quiere mantener el guitarrista siempre pero cuando son tantos cantaores es imposible, y cada uno acaba buscándose una persona que pueda estar más tiempo con ella.
Estabas en todo el cogollo, entre los cuatro puntales del flamenco en Cataluña. 
Sí, han sido unos años en los que estaba en medio de los cuatro cantaores que representaban a Barcelona. Duquende está con su disco, Ginesa es muy inquieta, Mayte también, y Poveda experimenta alguna que otra vez, pero seguimos de la mano los dos. 
¿Te has quedado con el de mejor proyección? 
Eso es difícil de decir, creo que proyección tienen todos. Ha venido así. Como es él, ya no como canta, él como persona es increíble y no me puedo separar de él. No sólo como artista sino como persona, me llena, en todos los aspectos, y me gusta mucho trabajar con él. Con Mayte he tenido una relación de puta madre, como con Duquende, como con Ginesa, pero ha sido siempre una relación más distante, exclusivamente de trabajo, pasarlo muy bien y apreciarnos mucho, que seguimos haciéndolo, pero con Miguel hay más acercamiento personal, y eso es mayor motivo para sentirte más atado. 
Miguel canta en tu disco unos tangos dedicados a Camarón. 
Sí, la letra habla de él aunque no diga su nombre. Tampoco había muchos temas donde quisiera poner cante y al final los tangos los hizo él. 
Pusiste a Duquende de entrada, y un diálogo con el violín por bulerías. 
No he querido poner la guitarra de protagonista en ese tema, porque es un tema de conjunto, lo que era cuando se hizo Cambalache. Había baile también, pero no soy partidario de meter un bailaor en un disco. 
Me gustaría subrayar los temas en que está la guitarra sola. 
La bulería es muy popular, sin ningún tipo de montaje ni doble intención; había unas palmas y yo sabía las falsetas que iba a hacer, pero los puentes han ido a lo que me sugería el momento. Excepto en los tangos de Poveda y las bulerías de Duquende, los puentes son totalmente espontáneos. 
¿Cuántas tomas grabaste de la soleá y la taranta? 
De la soleá tres, y de la taranta alguna más. 
Es una taranta-fantasía… 
Es que en realidad los temas libres, esos dos en los que sólo está la guitarra, he tocado sin querer hacer una historia: no son temas, son toques. 
¿Con algún pequeño ramalazo de jazz? 
Más que de jazz un rollo blues… blues tampoco, brasileiro, melodías más dulzonas… Escucho de todo, pero la música brasileña es de lo que más me gusta. El toque de jazz es más duro, más ácido. Es una onda que no sabría definirla. 
¿Armónica? 
Sí, pero es un poco de cada cosa, de jazz tiene el rollo rítmico… 
Eso se nota bien en la rumba que haces con Jordi Bonell, un guitarrista que estuvo en Secta Sónica con Gato Pérez. 
A mí es uno de los guitarristas que más me gustan, no digo de Barcelona, sino del mundo. Para eso tienes que estar con él y compartir muchas cosas, musicalmente es una maravilla. Como el pianista Bové o el saxo Figuerola, no son músicos de masas, tocan para ellos pero son grandísimos músicos. Cualquiera que trabaje con ellos da fe. En realidad la rumba acababa antes, pero yo tenía un deseo personal de trabajar con ellos y la última rueda donde tocan es como si fuera otro tema distinto, otra rumba, son dos climas diferentes. Se titula "BCN" porque todos somos catalanes. 
¿El final es el momento más libre del disco? 
Seguro, es que eso es una improvisación, no está montado. 
Y las brisas mediterráneas despiden el disco con la nana. 
Sí, la hice cuando nació mi hija Sheila, va para ella, vino así, tal cual, en principio iba a orquestarla con Amargós, con cuerda, pero conforme la toqué y la escuché pensé que no era necesario y la dejé sólo con guitarra. 
Y nanas orquestadas hay más de una… 
Por eso también, pensé que si la orquesto va a parecer lo de siempre, y no quita que algún día me dé por hacerlo. 
Porque Amargós no ha colaborado. 
No, y por cierto me dio una reprimenda… En ese caso, como ya he trabajado muchas veces con él en directo y en disco, me sentía colmado con él, no era tanta la ansiedad. He preferido hacerlo con Bové, Figuerola y Bonell para que en el ámbito flamenco se les escuche y vean el nivel musical que hay en esa tierra. 
¿Pardo-Benavent-Tino tienen demasiado copado ese terreno colaboracionista? 
También lo hice por eso, porque llamando a Carlos se hubiera asemejado a otras cosas, y un piano y una guitarra acústica como esos yo no he escuchado en ningún disco de flamenco, y el saxo no tiene parecido con Pardo, la rumba no tiene nada que ver con ellos. 
Te han puesto de alumno aventajado de los Sanlúcar, tanto de Manolo como de Isidro. 
Eso es un error en la redacción del curriculum que envió la casa de discos, yo creo que no viene a cuento; el primero que puso la queja fui yo, pero por las prisas, pues lo pusieron, supongo que por darme más importancia. No es así, no he estado suficiente tiempo con ellos como para considerarme alumno, con 16 años tuve el primer cursillo de un mes con Manolo Sanlúcar, después estuve en otro… Vicente Amigo sí que es un alumno aventajado de ellos, porque se ha llevado muchos años, yo no, yo sólo he tomado un par de cursillos, que me han sido muy útiles, eso sí. 
Háblanos de un par de exotismos. En primer lugar de "El Quijote" de Orson Welles. 
Cuando murió Orson Welles la película no quedó terminada y me contrató una empresa francesa que se hizo cargo, entonces había ciertos pasajes que querían que fuese de guitarra. Y yo la puse. Fue en el 92, se estrenó en la Expo. 
En segundo lugar, de la Compagnie de Danse Japonaise Shohi Kojima. 
Es una compañía que hay en Japón en la cual llevo varios años trabajando y llevando la dirección artística de sus espectáculos. 
¿Cuántos años? 
Desde el 92. Normalmente voy una vez al año, en otoño, depende del trabajo que él tenga. Este año voy cuatro veces, pero no es lo normal. Su curriculum asusta; le llamaban el gitano japonés, tiene unos 60 años y en Sevilla y Cádiz ha estado como figura, en mayúsculas, Manuela Carrasco le daba palmas en Los Gallos. Cuando volvió allí no ha consentido trabajar con japoneses, siempre ha tirado de españoles. Y como económicamente ha podido… 
¿Qué tal anda la guitarra flamenca japonesa? 
Bueno, hay muchos guitarristas pero de un sistema de aprenderse las cosas y ya está, no de componer ni de salir un guitarrista personal. Como allí hay muchas bailaoras, muchísimas, te asustarías de lo que hay, entonces hay demanda de guitarristas y cualquiera que se aprenda cuatro cosas ya tiene a una bailaora que lo contrata y le toque como sea. Lo que no hay es un nivel alto. 
Tienes contrastado que es el mercado más fuerte de flamenco del mundo. 
Sí, segurísimo, a nivel de España, no en calidad, pero allí hay más bailaoras que aquí. En Japón arrasa el flamenco. 
¿Por qué? 
No lo sé. De hecho están muy enamorados siempre de las músicas étnicas. Más que el rollo popular a la mayoría le gusta más lo étnico y lo auténtico, más que el pop y estas cosas. En el flamenco han visto mucha fuerza, la expresión, esas cosas les impacta mucho. Lo que más ha marcado es el baile, después la guitarra y por último el cante. 
Luis Clemente
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