domingo, 20 de marzo de 2016

La vuelta al mundo pasando por Spain


La vuelta al mundo pasando por Spain:

A medio camino entre las orillas atlánticas, un cruce musical de ida y vuelta. Tomatito y Michel Camilo. Guitarra y piano. Flamenco y jazz. Ese punto de encuentro transoceánico, que desata apacibles maremotos es, según Michel Camilo, "el sentimiento musical". El pianista dominicano se abrillanta los ojos y ensancha aún más la inmutable sonrisa explicando que "lo me atrajo del flamenco, del jazz y de la música latina es la vibración espiritual común". Y cuenta que al oír flamenco se estremece por "la risa, el llanto, la angustia"... por la explosiva mezcla de sentimientos. Tomatito matiza que "el punto de encuentro no está en la música, sino en los músicos". Para el tocaor almeriense este "viaje", como lo llama Camilo, es un producto salido del "cariño, pues los dos nos sentimos fuertemente conectados". Tomatito, desde su mirada honda, dice que "cada uno hace lo que sabe, tal como lo sabe expresar... no hay más química". 
El hallazgo de ese lugar donde se encuentra el gen común al jazz y al flamenco no ha sido casual. Michel Camilo, personaje hablador e inquieto, comenta que Spain "es el resultado de más de cuarenta conciertos previos, que han supuesto un proceso de integración". Una integración entre músicos, músicas e instrumentos. Porque al oír Spain no se sabe dónde empieza la guitarra ni dónde el piano, dónde empieza el flamenco ni dónde termina el jazz. Un arranque por soleás se torna, de súbito, en una zambullida por los jugueteos armónicos de Nueva Orleans, en un sigiloso paseo por palos festeros, en un sueño, en un vuelo que acaba por no entender de lindes. 
Y los instrumentos se derriten y modelan en uno solo. En Spain, el piano no asume el rol de cante y la guitarra de acompañamiento, sino que las cuerdas se funden y confunden. Una fusión que, según señala Tomatito, "sale sin esfuerzo, simplemente, por las ganas que tienes de expresar lo que estás sintiendo". Michel Camilo lo ve como el resultado de una "profunda confianza que, lejos de dudar, nos lleva a arriesgar cada vez más. Es una alianza que si planeas mucho, no sale. Simplemente, es cuestión de cariño, de saber que el otro está ahí... es como magia". 
El hechizo brota de una marcada admiración mutua que, en los directos, se hace masticable. Durante los solos, el silencioso aguarda su turno embelesado de puro respeto, hasta que el momento del reencuentro regresa. Y, en cada reencuentro, rehacen la grabación con nuevos diálogos musicales. Michel Camilo anota que "siempre que tocamos, hay algo diferente que nos lanzamos el uno al otro". 
Pero siempre se retorna al punto de referencia: Spain o España o su música o su cultura. Michel Camilo puntualiza que "el nombre del disco parte de Spain, la pieza de Chick Corea -versionada en el disco-, con la que hemos querido hacer referencia a experimentos previos en esta misma línea". El nombre lo dio Fernando Trueba, el cineasta enamorado del jazz y del flamenco que produjo el trabajo bajo el sello Lola Records. Camilo recuerda que Trueba lo eligió pensando en un "término conocido mundialmente, un título que conecte con todo el mundo, pero dejando claro que sale desde España hacia el mundo". 
Pero de esa vuelta al mundo, pasando por Spain, Tomatito dice no esperar nada, "sólo pretendo obtener satisfacciones y aprender. En este mundo, en el que el tiempo te va envejeciendo, lo único que me mantiene joven es la música. Si me estanco, pierdo agilidad mental... necesito seguir aprendiendo para estar vivo". 
Por Candela Olivo

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