miércoles, 14 de octubre de 2015

Flamenco Antonia Singla Barcelona



Biografía:

Antonia Singla Contreras, bailaora gitana, más conocida en el mundo del arte del baile con el nombre artístico de ANTOÑITA LA SINGLA, nació en el año de 1948 en el barrio de Samorrostro de la Barceloneta (Barcelona). Antoñita La Singla padeció unos fuertes dolores a los pocos días de nacer. Pudo ser una meningitis. No se ha aclarado, pero el caso fue que la niña quedó sordomuda para desesperación de su madre, Rosa, que luchó por sacar a la niña adelante junto con 17 churumbeles más. La madre tocaba palmas, hacía reír a la niña, la cuidaba y la llevaba a los médicos que le daban pocas esperanzas. Ella misma lo cuenta así "La llevé a varios médicos. Algunos decían que había sufrido una meningitis. No era así. Pero la verdad es que todos coincidieron en decirme que la niña sería sordo-muda. Primero me desesperé; después comencé a luchar para salvarla. La última esperanza me la dio el Dr. Ramos diciendo que a lo mejor empezaba a hablar cuando cumpliera siete u ocho años; de no ser así quedaría muda para siempre". La niña quería captar las palabras con la mirada y también parecía adivinar los sonidos que salían de las cuerdas de las guitarras. Y así creció, se fue haciendo mayor y a los ocho años de edad se produjo el milagro. La niña habló. Una sola palabra, dulce, cariñosa y eterna en boca de los niños mamá. Una sola palabra, que fue el principio del milagro en virtud del cual Antonia La Singla dejó de ser "la múa" como le llamaban los gitanillos del Somorrostro, donde ella había nacido. Tras ese inicio vino el esfuerzo, el tesón, el querer recuperar los años que había pasado en el silencio. Y a partir de ahí fue mejorando y bailando rumbas, fandangos, bulerías o que le que le echaran con una maestría que hizo que la llamaran la heredera de Carmen Amaya. Y con Carmen Amaya debutó en el cine en la película Los Tarantos y fue creciendo y aumentando su fama, llegando a actuar en un gran número de teatros de todo el mundo. Pero, para mí, ese no fue el milagro de La Singla. Porque el verdadero milagro era que mientras era sordomuda bailaba ya con toda la gracia gitana que tuvo a lo largo de su vida (y que supongo que sigue teniendo). Ese es el verdadero milagro: el duende. La Singla tenía duende. No oía la música, no oía las canciones y sin embargo bailaba y bailaba bien. Antonio D. Olano dijo de ella "La Singla está tocada por algún genio". Y Yale escribió lleno de entusiasmo tras ver una actuación de ella "¿Quién habla del baile ortodoxo, ajustado a unos cánones a un ritmo y a una cuadratura? ¡Zarandajas! La Singla estaba inventando el baile por alegrías. Sus tacones golpeaban el tablao como en un alarido angustioso. Como si, de repente, quisiera espantar el fantasma del hambre y de una niñez llena de silencio". Eso era un milagro: con cinco, seis, siete años, Antoñita bailaba con fuerza, con entusiasmo, con genio y con duende. Y no oía la música, ni las palmas, ni las canciones. El milagro estaba dentro de La Singla; en su silencio, en su sordera, en su mudez pero moviéndose a la perfección sin que nadie le enseñara. Si llevaba eso dentro ¿cómo no iba a triunfar el día en que recuperó el habla y el oído? Ella decía que como aprendió a hablar tarde, su mentalidad era la de una niña de seis años, cuando ya tenía dieciséis. Pero la realidad es que a los seis años bailaba al ver batir palmas a su madre y que a los 12 años, cuando ya había recuperado algo de habla y oído pero todavía en forma rudimentaria, actuaba ya de forma espontánea y con gran éxito en algunas Tabernas de Barcelona. Ese fue su milagro. Lo que siguió, el éxito, fue ya una consecuencia de su "duende" interno que encontró el cauce necesario para desarrollarse en el mundo del espectáculo y entre las ciudades que actuó están Berlín, Sttugart y otras ciudades alemanas, así como Viena y Basilea, Londres, Bristol, Kopenhague, París y otras muchas. La Singla nació en 1948 en el Somorrostro barcelonés. Yo tuve la oportunidad de conocerla en Sitges en el año 1965. Tenía, por tanto, 17 años y su forma de hablar era, como ella misma decía, el de una niña pequeña. Pero cuando subió al tablado en el local del Casino-Prado de Sitges, dejaba de ser pequeña, se volvía grande y cautivaba al público con su baile. Indudablemente tenía "duende" pero también señalan los comentaristas que tenía tesón, fuerza de voluntad, ánimo para recuperar los años perdidos. Hacía falta mucho tesón para ello y lo tuvo. Pero yo creo que hay que destacar otro tesón mayor: el de su madre, Rosa, que después de desesperarse como ella misma cuenta, se armó de fuerza y de voluntad para sacar a la pobre niña sordomuda adelante. Tesón de madre. Gracias a ella, Antoñita La Singla sobrevivió a su defecto y pudo llegar hasta los 8 años y confirmar la predicción del doctor que había dado esperanzas a la madre. Tal vez algunos no hayan oído hablar de La Singla, excepcional gitanilla bailaora, aunque sus éxitos en la película Los Tarantos y en múltiples espectáculos posteriores que dieron la vuelta al mundo, la hicieron famosa durante algunos años. Pero su biografía merece ser recordada y explicada a las nuevas generaciones. 

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