miércoles, 18 de febrero de 2015

Flamenco José Antonio Valencia Vargas Barcelona


Biografía:

José Antonio Valencia Vargas, cantaor gitano, más conocido artísticamente con el nombre de JOSÉ VALENCIA, nació en Barcelona en el año de 1975, es por antecedentes familiares y vivencias un fiel mantenedor de los aires lebrijanos. Pronto destacó por las formas timbre de voz y sentido del ritmo. En 1980 actúa por primera vez en el palacio de los deportes de Barcelona, en un homenaje que se le hace al guitarrista Melchor de Marchena, al lado de figuras de la talla de Camarón, Lebrijano, Fernanda y Bernarda..... En 1981, con seis años de edad, es finalista en el concurso de cante Antonio Mairena. En 1986 obtiene el primer premio en el concurso juvenil de la federación de peñas y entidades flamencas de Sevilla. Desde 1987 ha participado en festivales de toda la geografía Española. CARACOLA, HIERBABUENA, MAIRENA, MEMORIAL, POTAJE e internacional (MONT MARSAN CASABLANCA). En 1991 entra a formar parte de la compañía del guitarrista Pedro Bacán, haciendo giras por distintos países de Europa. En 1992 con el espectáculo "NUESTRA HISTORIA AL SUR" comenzó una gira por toda Francia terminando en la Opera Garnier de Paris. Es premio revelación de la bienal de flamenco de Sevilla, premio venencia flamenca del festival de los palacios y mención especial premio Demófilo (fundación machado) ha trabajado con las mejores figuras del baile actual (ANTONIO CANALES, ANDRES MARIN, FARRUQUITO, MANUELA CARRASCO, EVA YERBABUENA, JOAQUIN GRILO). Actualmente colabora como artista invitado con Andrés Marín y Joaquín Grilo (al alba del ultimo día y a solas) y en la grabación de su primer disco en solitario. José Valencia (cante) con Miguel Iglesias (guitarra) en el Teatro Principal de Burgos Para los flamenco-geneálogos, la estirpe que delata sus apellidos no deja lugar a equivocaciones: el flamenco, si no el cante mismo, corre por sus venas. Para los menos creyentes, José Valencia es un joven cantaor que durante años ha demostrado ser uno de los más destacados de una generación empobrecida de cantaores clásicos. Su dominio del compás, una voz potente, personalidad expansiva y conocimientos le han hecho muy solicitado para cantar y para baile. Concierto de José Valencia (cante) con Miguel Iglesias (guitarra) en el Teatro Principal de Burgos. Sábado 28 de Febrero. 22:30 horas. Precio entradas 10€. Cantaor prematuro, Joselito de Lebrija ya subía a los escenarios de las peñas catalanas con apenas tres años con su tío Luis de Lebrija. El dominio de la soleá con sólo doce años le valió un premio en Mairena del Alcor. Trabajó después codo a codo con el guitarrista Pedro Bacán y con su grupo El Clan de los Pinini. También participó en los espectáculos ‘Chachipén' y ‘Majarí Calí' de Manuel de Paula. Jerez es otra de las plazas flamencas de las que bebió, como se materializó en su colaboración con Antonio el Pipa. A partir de 2000, cuando cambia su nombre artístico por el de José Valencia, se convierte en una de las voces imprescindibles de las compañías de baile. Canta en la compañía de Farruquito, en la compañía de Antonio Canales, en la compañía de Javier Latorre, en la compañía de Rafael Campallo... La Bienal de Sevilla 2004 le otorga el Premio al Artista Revelación del festival, a raíz de su trabajo en espectáculos tan variados como ‘Asimetrías' de Andrés Marín, ‘Alicia' de Compañía Los Ulen y ‘Formas y movimiento' de Joaquín Grilo. Durante 2005, forma parte del espectáculo ‘Carmen, Carmela' de Antonio Canales y comienza a dar recitales en solitario en foros como ‘Jueves Flamencos' de la Sala Joaquín Turina de Sevilla y el Festival de Mont de Marsan. José Valencia hilvana su cante en los 'Jueves Famencos' El lebrijano contará con su paisana Anabel Valencia como artista invitada El cantaor de Lebrija José Valencia llega hoy a los Jueves flamencos de Cajasol. Girvanando es el título del concierto que presentará al público y en el que contará con el acompañamiento al cante de la joven Anabel Valencia y de Miguel Iglesias a la guitarra. El espectáculo causó una excelente sensación entre la crítica y la afición en la XLIII edición de la Caracolá Lebrijana. Soleá, alegrías, tarantas, martinetes, romances... son algunos de los palos del cante que forman parte del programa del concierto. "La particularidad de este espectáculo es que todos los ritmos son ternarios. Tangos, por ejemplo, no hay", declara José Valencia. Y es que, según el cantaor lebrijano, "se puede innovar sin perder la esencia. Ahí están Juan Peña o el mismo Manolo Caracol en su tiempo", concretó este artista precoz, que subió por vez primera a un escenario a los tres años. El concierto arrancará a las 21:00 en la sala Joaquín Turina del Centro Cultural Cajasol. El precio de las entradas oscila entre los 12 y los 18 euros. Enrique Henares / Sevilla | Actualizado 23.04.2009 Magistral José Valencia El director del ciclo echó de menos a la afición al "cante rancio" esa que obtiene réditos suculentos del atacar para "defender nuestra mayor seña de identidad, en vías de desaparición". Y es que anoche no se trataba de alternar con un director provincial, con un presidente de comunidad (de vecinos) porque no era un cartel de campanillas. Aparentemente. Era un simple gregario, un jornalero del cante. Pues este gregario demostró, en su tercera presentación en Sevilla como solista, que es uno de los grandes. Renunciando, incluso, a algunos de sus estilos bandera, por mor del tempo, exacto, perfecto, de su propuesta. La puesta en escena es sencilla pero precisa, el trabajo de un gran profesional (o varios, si contamos iluminación, escenografía, etcétera) que no figuraba en los créditos. Valencia demostró los valores rítmicos y tímbricos que atesora, además de un conocimiento genuino de este arte, que no se limita al repertorio utrero-lebrijano, y que se muestra emotivo y solvente por tarantas, abandolaos o malagueñas. Un espectáculo humilde, inteligente y de corazón. Un órdago al público sevillano, ya que la puesta en escena, que fue precisa como un reloj, no hizo ninguna concesión a la ojana del aplauso o al aplauso de la ojana, dando la palabra al público sólo al final, como en cualquier espectáculo contemporáneo. Valencia hizo arte de hoy, de carne y hueso, no de museo, con el patrimonio flamenco clásico. Con algo de precipitación también, al principio, y con un final, por soleá y bulería, deslumbrante. José Valencia, un cantaor que va a más Cante: Calixto Sánchez y José Valencia. Guitarras: Eduardo Rebollar y Miguel Iglesias. Fecha: jueves 13 de mayo. Lugar: Gran Teatro. Media entrada. Un cantaor que va a más y que se está consolidando como uno de los significativos exponentes del flamenco joven es José Valencia, quien el pasado jueves en el Gran Teatro confirmó que las expectativas puestas en él están bien argumentadas. En los cinco cantes que realizó dejó constancia de sus cualidades técnicas y expresivas. Al dominio del compás hubo que sumarle su capacidad para transmitir sin descuidar la base estilística propia de cada estilo. De ahí que sus constantes referencias al legado mairenista en soleares, seguiriyas y bulerías -con romance incluido- no cayesen en la mimética frialdad interpretativa, algo habitual en otros muchos. Caldeó estos cantes desde el epicentro formal, lo que permitió una natural trabazón de añorados estilos históricos pero puestos al día con entidad e intensidad flamenca; lo suyo no fue evocar y relatar cantes sino exponerlos con la corrección formal exigida y alumbrados desde un temperamento propio. Todos los cantes que realizó el de Lebrija tuvieron su interés, aunque en menor grado su malagueña inicial, continuando con el zángano y un fandango de Granada. No hay que pasar por alto su extraordinaria tanda de cantiñas. Meticuloso en la dicción se presentó Calixto Sánchez cantando por malagueñas, redundando en los matices básicos de los dos estilos realizados, con elásticos remates. Mantuvo la voz abierta para las tonalidades álgidas y así lograr un efecto de rotundidad en claro contraste con los medios, creando una imagen sonora de contrastes no claramente armonizados. Fue éste un síntoma que afloró a lo largo de los cinco cantes realizados. No faltaron sus adaptaciones de poemas de Bécquer en tientos, Antonio Machado en milonga, Albertí y Manuel Machado en alegrías, entre otros. Un recital de trámite en el que se encontró cómodo por tientos por la composición de estilos ajustada a su técnica para colocar la voz. En cambio, en la milonga estuvo rígido, sin la suficiente capacidad para la modulación oportuna. Una sucesión de canciones a ritmo de bulerías precedieron un solo fandango de despedida al pie del escenario.
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