domingo, 22 de febrero de 2015

Flamenco Antonio Ayala Paredes Murcia


Biografía:

Antonio Ayala Paredes , cantaor payo, más conocido en el mundo del flamenco con el nombre artístico del EL RAMPA, nació en Cartagena (Murcia) en el año de 1958, es nieto del mítico cantaor Antonio Ayala, del que heredó su apodo de El Rampa. Su abuelo ya fue un cantaor ajeno a las modas de la Ópera Flamenca, convirtiéndose en un gran conservador y difusor de los cantes más primitivos de la tierra. Como su abuelo, Antonio se considera un cantaor ortodoxo, "mairenista", contrario a experimentalismos y fusiones. Comenzó a cantar muy joven influido por el ambiente familiar: su padre y su tío "El Sandi" eran buenos aficionados y cantaban entre amigos. Pronto consiguió la Lámpara Minera de La Unión, demostrando su amplio conocimiento de los cantes mineros: taranta, minera, murciana, cartagenera.... Gracias a su esfuerzo, fueron llegando más premios como el Abanico Flamenco de Barcelona, el concurso de saetas de La Unión y el Melón de Oro de Lo Ferro. No quiso anclarse en la tierra y partió a Córdoba, Extremadura y otros lejanos lugares para aprender y difundir su arte. De esta forma, asimila de primera mano los fandangos de Lucena. Quizá El Rampa posee la voz más flamenca del flamenco murciano, con permiso de Encarnación Fernández. Sus quejíos son auténticos, su lucha con el cante es pura y honesta y su conocimiento está fuera de dudas. En los años noventa se hizo con un prestigio del que pocos cantaores de la tierra han gozado y que en la actualidad ostenta Curro Piñana. Como culminación de esta etapa grabó en el año 2003 un disco titulado Desolación en la quimera con poemas de y sobre Luis Cernuda, patrocinado por la CAM y editado por el sello RTVE, todo bajo la iniciativa del flamencólogo Antonio Parra. Este disco supone hacer justicia con un cantaor poco activo hoy día por motivos laborales. El Rampa nunca se pudo dedicar en exclusiva al cante, nunca profesionalmente, pues es difícil triunfar desde Cartagena, y más teniendo que alimentar a una familia. Trabajó de estibador en Escombreras, regentó un bar... siempre con la mirada y el corazón puestos en el cante. Centrándonos en la obra discográfica, hemos de señalar que se grabó en directo, con el esfuerzo consiguiente que El Rampa tuvo que hacer para estar a la altura requerida para su primera y única grabación. Si esta tarea ya era difícil, se complica si añadimos que las letras de Luis Cernuda no son proclives al compás del flamenco. De hecho, Cernuda se proclamaba antiflamenquista. De todo esto, concluimos que este disco podía haber sido mejor. El Rampa pudiera haber pasado a la historia discográfica con una obra más acertada técnicamente; grabar ocho cantes en directo y seguidos es tarea titánica, pero Antonio Ayala sale airoso del envite. Demuestra su amplio conocimiento del arte flamenco interpretando palos muy poco frecuentes, se atreve a combinarlos en el mismo cante, con resultados desiguales pero siempre interesantes. Comienza la obra con una milonga, "A una verdad", a la que le imprime el carácter más jondo de lo que nunca se ha grabado, hasta la fecha, en este palo. Y es que el cantaor cartagenero, dentro de la ortodoxia, siempre ha aportado unas inflexiones personalísimas. En "Cada amor tiene su aire" interpreta una soleá que se pasea entre los aires de Alcalá y Triana, dotándola de cierto misterio tonal que refleja a la perfección el interior del mundo poético de Cernuda. El tercer cante cierra la mejor parte del disco; se trata de una cartagenera muy personal, de un solo cuerpo, donde demuestra el perfecto dominio de los cantes mineros. Después, una destacable combinación de estilos en "No hay tiempo del amor", que va desde los cantes de trilla a la toná liviana. También interesante, aunque algo larga, es la interpretación de los cantes de Málaga en conjunción con la malagueña de la Peñaranda. El esfuerzo de Antonio provoca que la granaína y media se nos haga monótona y carente de vida. Algo similar ocurre en la mezcla de caña, romance y soleá apolá. El disco acaba con unas peculiares alegrías ("De nuevo, los espinos"), con letra del poeta murciano Soren Peñalver. Se supone que es un palo feliz, pero continúa en la línea de letras y tonos tristes de la obra. Es un disco destacable, atrevido y personal, que debemos al empeño de Antonio Parra y al magisterio de El Rampa. En la actualidad, Antonio Ayala se prodiga poco: alguna actuación en peñas e instituciones de Cartagena como el Casino y una salida muy importante en marzo del año 2007 a la Peña La Platería de Granada. Recital Flamenco ''El Rampa'' Concierto Con motivo de la presentación en Marruecos del V Festival Internacional ''Murcia Tres Culturas'', por el Alcalde del Ayuntamiento de Murcia, los responsables del Festival con la colaboración del Instituto Cervantes de Rabat, se ofrece un recital de flamenco: el cantaor Antonio Ayala ''El Rampa'' acompañado a la guitarra de Rosendo Fernández . ''El Rampa'', nacido en Cartagena (Murcia), es uno de los mejores cantaores de flamenco que ha dado la región. Rosendo Fernández es otro gran exponente del flamenco.
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