miércoles, 21 de enero de 2015

Flamenco José Salazar Molina Badajoz


Biografía:

José Salazar Molina, cantaor gitano, más conocido en el mundo del arte flamenco con el nombre artístico de Porrina De Badajoz, nació en Badajoz en el año de 1924 y murió en Madrid en 1977. Gitano y probablemente el más importante cantaor que ha dado Extremadura. Por lo menos el que mayor fama alcanzó en vida. Perteneció a una familia en la que siempre se conoció el cante y el baile, a cuya casa llamaban Villa Rosa, porque prácticamente todos los días se organizaban en ella grandes juergas. Su recuerdo sigue vivo, por cuanto buen número de los cantaores extremeños en activo son miembros de su familia, incluidos un buen puñado de nietos que integran la joven generación de flamencos extremeños. Hizo varias películas. Aquí pueden ver el monumento que tiene Porrina en la plazuela de la Soledad, inmediata a la famosa Plaza Alta de Badajoz, por donde anduvo mucho el cantaor de niño y adolescente. En la placa de ese monumento figura una frase que Porrina que paseó con orgullo por el mundo: Gitano y de Badajoz; el título de un fandango suyo que casi siempre se veía obligado a interpretar en sus actuaciones. Porrina contribuyó generosamente a que el cante de su tierra se conociera fuera de su territorio natural, ya que siendo joven se estableció en Madrid y en la capital alcanzó pronto una justificada popularidad. Gitano genial y heterodoxo, como tal vivió y se comportaba en cuanto hacía. Su cante le proporciono una gran fama, por su forma de interpretación con una voz clara y dulce, que utilizaba con sabiduría para obtener de ella unas tonalidades de gran belleza. Muchos cantaores trataron de imitarle, pero el cante de Porrina es en cierto modo inimitable, un caso aparte en la historia del cante. Porrina de Badajoz fue un cantaor que gustaba mucho a la afición, por su forma renovadora y su bien decir del cante, tenia un perfecto estilo que hacia sentir su grandeza, artista muy elegante en su forma de vestir y de trasmitir su personalidad, solía llevar siempre un clavel rojo en su solapa, era un hombre de una sencillez muy agradable y de un gran corazón amable con todo el mundo. Porrina consiguió el éxito a los 28 años por las condiciones excepcionales de su voz: velocidad, limpieza, seguridad, musicalidad y eco flamenco, que lo hacían sonar distinto a los demás cantaores. Además, destacó la fuerte personalidad del cantaor y su intuición e inteligencia para fabricarse todo un marketing con su vestuario, gafas y clavel, que lo hacían reconocible e inconfundible. Cada año en Semana Santa, cuando salía en procesión la Virgen de la Soledad (Patrona de Badajoz), Porrina se acercaba para cantarle a su patrona. Hoy en día la ciudad de Badajoz lo recuerda en un monumento situado en la plaza de la Soledad, próxima a la Plaza Alta. Bibliografía Zambrano Vázquez, Francisco (2007): Vida y obra de Porrina de Badajoz. Diputación de Badajoz. Porrina ha actuado junto a otros grandes artistas como Antonio Molina,Rafael Farina y Paco de Lucía Título nobiliario Su personalidad era inconfundible, por su inteligencia para crearse una imagen propia y singular con su vestuario siempre impecable, gafas negras ("para ver lo que yo quiero") y clavel en la solapa, que le daban un sello propio y único. El título de Marqués se lo dieron en Madrid en una noche de juerga precisamente con otro Marqués también nombrado a dedo (pero con menos merecimientos que el extremeño), el de Villaverde, que fue quien le bautizó: "Si esta noche cantas bien te vamos a hacer Marqués" Porrina estuvo (dicen las crónicas) sensacional y como es habitual en este tipo de fiestas privadas, se le otorgó el título de Marqués de Porrina, que desde entonces ostentaría con orgullo y al que revistieron con toda seriedad de heráldica propia, con un escudo en el que aparece un telón, un as de bastos, el clavel, las gafas y la columna y el león en recuerdo a Badajoz, y donde debajo se puede leer una frase en latín " Gladio Voceque Vivo" Sus cantes y su obra Su voz tenía velocidad, limpieza, seguridad, musicalidad y un eco flamenquísimo, que lo hacían sonar distinto a los demás cantaores. Su cante fue preciosista, gracias a una voz muy dulce de la que sacaba melismas y tonalidades de gran belleza. Zambrano le atribuye la creación de un fandango personal que se basa sobre todo en la voz singularísima del cantaor, "que igual rompe sin techo en los altos, que pica en unos inimitables tonos bajos a medio falsete que muy pocos artistas han poseído". José Manuel Gamboa recuerda que Porrina grabó también su antología en plena "antologitis" y que en ella se anunciaba como "el gitano más 'siñorial' de todos los tiempos", lo que creo que puede ser cierto. 
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